Carrera a pie, ánfora panatenaica del pintor Cléophradès,
hacia el 500 antes de Cristo, Louvre (F 277).
Correr, caminar, lanzar y saltar son movimientos naturales
en el hombre y, de hecho, el concepto de atletismo se remonta a tiempos muy
lejanos, como lo confirman algunas pinturas rupestres del Paleolítico Inferior
(6000 a. C.-5500a.C) al Neolítico que demuestran rivalidad entre varios
corredores y lanzadores.1 Las fuentes se hacen más precisas en Egipto en el
siglo XV antes de nuestra era, con la referencia escrita más antigua, referida
a la carrera a pie, hallada en la tumba de Amenhotep II (c. 1438-1412 a. C.)1
En la misma época, la civilización minoica (Creta), también practicaba las
carreras, así como el lanzamiento de jabalina y de disco.
Los primeros encuentros en Grecia se llevaron a cabo en el
siglo VIII a. C. En ellos destacaba la prueba llamada stadion, que era una
carrera pedestre de 197,27 metros, equivalentes a 200 veces el pie de Heracles.
Esta es la prueba más antigua de la que se tiene registro,2 aunque se supone
que se practicaba con anterioridad. Poco tiempo después aparecieron más
pruebas, como el doble stadion o duálico, la carrera de medio fondo o hípico y
la carrera de fondo o dólico. Todas estas pruebas son múltiplos de la distancia
del stadion.
El pentatlón, que combina la carrera, el salto, los
lanzamientos y la lucha, es otra disciplina del atletismo introducida en el
programa olímpico antes del final del siglo VIII a. C.
Aparte de los Juegos Olímpicos, existieron otros encuentros deportivos
en diferentes polis griegas, que fueron eclipsados por los primeros. No menos
de 38 ciudades griegas celebraron sus propios juegos olímpicos (llamados
isolímpicos para diferenciarlos de los celebrados en Olimpia) y 33 llevaban a
cabo Juegos Píticos.
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